Influencia social


La cultura de la delgadez afecta sobre todo a las jóvenes, aunque no es una exclusividad de éstas, los hombres también pueden sufrir estos trastorno alimenticio. Estos estereotipos culturales no siempre han sido iguales, y las dimensiones corporales femeninas no han sido siempre valoradas de igual manera.

La existencia de un modelo estético o ideal de belleza también es consecuencia de las presiones del grupo en las que habitualmente se encuentran los y las jóvenes. Así, la persona que sigue el “modelo ideal” parece autovalorarse positivamente y quien no lo sigue sufre y padece las consecuencias de la baja autoestima

Según el diario La Tercera en su edición del 2 de marzo de 2008, "desde la década de los noventa (los trastornos alimenticios) son un fenómeno cada vez más notorio, en el cuál han destacado como segmento vulnerable los adolescentes, quienes han aumentado en 115% entre 2005 y 2007."


Factores Personales

Los factores personales comunes a la mayoría de los trastornos alimenticios son:
  • Pubertad temprana en el caso de las mujeres: puede ser un factor individual que predisponga a la aparición de trastornos alimenticios.
Un estudio sobre niñas que no sufrían ningún trastorno alimenticio reportó que, antes de la pubertad, las niñas comían cantidades de comida apropiadas a su peso corporal y estaban satisfechas con sus cuerpos; después de la pubertad, las niñas comían cerca de tres cuartos de la ingesta recomendada de calorías y tenían una imagen corporal de sí mismas más mala. No es sorprendente, entonces, que haya un mayor riesgo de bulimia y otros trastornos entre las niñas que experimentan una pubertad temprana.
  • Sufrir previamente un problema de obesidad. Sobre todo en los hombres, influye haber padecido de obesidad en la niñez y haber sufrido burlas por parte de niños de su misma edad o adultos: El tener sobrepeso (en la mayoría de los casos, ligero) puede predisponer al inicio de actividad física intensa o dietas sin control médico, que desemboquen en trastornos de la alimentación.
El mayor factor de incidencia en hombres jóvenes es la obesidad en la niñez, debido a los traumas que puedan crear los compañeros de aula, amigos o adultos al tomar a modo de broma el sobrepeso en el niño. La burla puede no ser siempre cruel, sino una mera demostración de confianza manifestada, por ejemplo, mediante apodos. Sin embargo, la distinción puede generar culpas e inseguridades muy grandes en el niño, y predisponerlo a la aparición de enfermedades como la anorexia, la bulimia o la vigorexia, entre otras.
Son factores de vulnerabilidad personal:
  • Poseer determinados rasgos del carácter, como por ejemplo no aceptarse uno mismo cómo es
  • Percibir que se tiene poco control sobre la propia vida. 
  • Ser poco habilidoso en las relaciones sociales. Hay frecuentemente un fracaso para expresar problemas emocionales.
  • Tener poca espontaneidad y demasiado autocontrol, sobre todo en cuanto a la demostración de afecto.
  • Poseer dependencia afectiva.
  • Ser muy perfeccionista y exageradamente autocrítico. Tener autoexigencias desmedidas.
  • Tener una personalidad rígida, expresada en una excesiva necesidad de seguir reglas y una tendencia a criticar a otros.
  • Ser excesivamente responsable para la situación o la edad.
  • Sufrir de inseguridad, timidez o introversión.
  • Tener una baja autoestima.
  • Tener una personalidad depresiva.
  • Preocuparse excesivamente o ser muy sensible a las opiniones de los demás o las influencias del entorno.
  • Poseer un excesivo deseo de evitar situaciones estresantes, determinado por el miedo a enfrentarse a situaciones nuevas y expresado por una tendencia a huir de los conflictos.

  • Tener tendencias depresivas o a sufrir trastornos de ansiedad:
 Las personas con tendencias depresivas, trastornos de ansiedad, o tendencia al padecimiento de trastornos de personalidad y conductas impulsivas/compulsivas suelen desarrollar este tipo de psicopatologías alimentarias, las cuales pueden ser tanto el resultado como la causa de alguno de los mencionados trastornos alimenticios.En general, entre un 40% y un 80% de todos los pacientes que padecen estos trastornos experimentan depresión, la cual es asimismo común en las familias de los enfermos de estas psicopatologías.
  • Haber elegido una afición o una carrera que conceda gran importancia al peso:
 Hay carreras que fomentan los trastornos alimenticios porque conceden un alto valor a poseer un aspecto delgado y saludable, como por ejemplo el atletismo, el modelaje, el físico culturismo, la danza y la equitación.

Factores Familiares

Los factores negativos dentro de la familia, posiblemente tanto hereditarios como ambientales, desempeñan una función importante en la provocación y perpetuación de los trastorno alimenticio. Sin embargo, se puede asegurar que no hay un tipo de familia en particular que promueva trastornos como la bulimia y la anorexia. De todas formas una vez que la anorexia está en marcha, los conflictos familiares cobran gran importancia.

En general, los factores familiares predisponentes a la aparición de una psicopatología alimentaria son los siguientes:
  • Tener familiares obesos o que padezcan algún desorden alimentario. Tener antecedentes familiares de trastornos depresivos, obsesivos o alcoholismo.
  • Haber sufrido abusos sexuales.
  • Convivir con personas que le den mucha importancia al peso y a la apariencia física.
  • Perjuicios y mala transmisión de valores.
  • Los antecedentes de obesidad o trastornos alimenticios son un factor predisponente importante.
  • Existe entre las mujeres con trastornos alimenticios una incidencia mayor de abuso sexual. Los estudios han reportado tasas de abuso sexual de hasta un 35% en las mujeres con trastornos alimenticios, sobre todo aquellas que sufren de bulimia.
  • La concesión de una gran importancia emocional a la comida, el comer, el peso y el aspecto por parte de la familia predispone a la aparición de trastornos alimenticios, así como la insistencia exagerada en el aspecto y los logros por parte de uno o ambos padres, o la presión por parte de las padres en los hijos para que "conserven la figura".
  • Aceptar y mantener vigentes los prejuicios, por pequeños e insignificantes que sean, puede favorecer al desarrollo de una psicopatología.

Factores Socioculturales

Los factores sociales que predisponen a los trastornos alimenticios, e incluso los desencadenan, son muchos y muy complejos. La presión social y mediática que existe en torno a la línea y el adelgazamiento tiene un papel decisivo en la aparición y desarrollo de la enfermedad; la moda y la publicidad incitan más frecuentemente a adelgazar que a mantener una buena salud.
Los factores socioculturales predisponentes que podrían influenciar e incluso desencadenar un trastorno son, en general, la presión y los estereotipos sociales, que se demuestran en:
  • Los trastornos culturales, representados por la cultura de la delgadez y concesión de importancia al "Mito de la Belleza".
  • La discriminación y el rechazo social hacia los obesos.
  • Discriminación en general.
  • Discriminación en cuanto al mundo de la moda.
  • La manipulación.
  • Coacción publicitaria.
  • Mercado del adelgazamiento.
  • Difusión del cuerpo delgado de los modelos como estereotipo.
  • Difusión de páginas pro–anorexia a través de Internet.

En nuestra sociedad existe preocupación por la comida, las dietas, el talle. Se considera como ideal el cuerpo esbelto, y hay una creencia de que la gordura es mala. La delgadez, que se asocia, de algún modo, con belleza, elegancia, prestigio, juventud, aceptación social, etcétera, aparece como la solución salvadora, machacada como la clave del éxito desde todos los medios. Muchas personas suponen que una silueta de modelo (tal vez imposible para la estructura de algunos individuos) les garantizará la felicidad. Ese deseo de adelgazar supone un anhelo por destacar y ser valorado de modo particular, por ser aceptado y no rechazado.
  • Discriminación en general
La discriminación se manifiesta en los detalles más insignificantes de nuestra vida cotidiana, como por ejemplo en los asientos del colectivo, que son estrechos y no están pensados para personas corpulentas. El mundo parece haber sido pensado para una determinada parte de la población, dejando afuera a personas con capacidades físicas diferentes, entre las que se incluyen los obesos, entre otros grupos como los minusválidos.
  • Discriminación laboral.
En el caso de las mujeres la situación se agrava aún más. En la mayoría de los casos, cuando las chicas salen a buscar trabajo, lo primero que les piden es "buena presencia", lo que suele implicar tener un cuerpo delgado. La promoción profesional es mucho más asequible para las delgadas que para las que no lo son.
Ha podido también verificarse que se considera que las mujeres más emprendedoras, y social y laboralmente más activas, son delgadas, mientras que a las más voluminosas se les atribuye funciones de madre o esposa.
  • Discriminación en cuanto al mundo de la moda
Es muy frecuente que las casas de moda no fabriquen talles para personas excedidas de peso.
  • Coacción publicitaria
Los medios de comunicación junto con mensajes verbales lanzan imágenes de cuerpos que sutil o burdamente van destilando mensajes y señales que facilitan la difusión y consiguiente interiorización de la cultura de la delgadez.
  • Mercado del adelgazamiento
La publicidad comercial impone los estereotipos estéticos corporales que afectan a la población, con sus mensajes incorpora el estereotipo estético, lo concreta y potencia. Se ha comprobado que casi uno de cada cuatro anuncios que llegan a un público femenino invitan de alguna manera a la mujer, a perder peso.
  • Difusión del cuerpo delgado de los modelos como estereotipo
Los modelos, en la sociedad vigente el día de hoy, suelen constituir un ejemplo a seguir para muchas personas.

Los diseñadores también promueven o consienten en cierto modo este tipo de enfermedad, como es el caso de Calvin Klein que en "El País Semanal" hizo estas declaraciones: " ¡Yo no promociono la anorexia! Pero creo que si voy a enseñar mi ropa prefiero enseñarla en personas delgadas. La ropa sienta mejor a la gente que «cuida» de su cuerpo y que está delgada. La imagen es importantísima". Esas cuatro frases encierran todo un sistema de valores, toda una ideología que en la que realmente sustenta la cultura de la delgadez e influye en muchos casos en la aparición de una psicopatología de este estilo.
  • Difusión de páginas pro-anorexia a través de Internet
Muchos sitios de Internet para adolescentes ofrecen información peligrosa vinculada con la anorexia nerviosa, que conducen a los jóvenes insatisfechos con su cuerpo a caer en esta enfermedad u otra relacionada. Según una nota publicada en un diario argentino, el 78% de los visitantes cibernéticos de estas páginas son menores.

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