Síntomas

Hay una serie de indicios comunes que permiten sospechar que podemos estar frente a un caso de Anorexia o Bulimia:
  • La persona se queja reiteradamente de su aspecto físico, se niega a salir, a probarse ropa o a ponerse bañador.
  • Se evidencian dificultades en la alimentación que antes no se daban: se niega a comer y comienza a adelgazar ostensiblemente, lo que prescribe una consulta médica inmediata.
  • Se hace más difícil la convivencia por los cambios de carácter de la persona y una mayor irritabilidad.
  • Se retira o retrasa la menstruación, en el caso de las mujeres.
  • Se encuentran vómitos.
  • Se aprecia debilidad. En período de exámenes, por ejemplo, llegan a producirse desmayos por no haber desayunado.

 Síntomas de alerta que la familia y amigos pueden notar son:

  • Saltarse las comidas
  • Excusas para no comer
  • Consumir sólo unos pocos alimentos "seguros", por lo general los bajos en grasa y calorías
  • Adopción de rígidos rituales de alimentación, como cortar los alimentos en trozos pequeños o escupir la comida después de masticarla
  • Cocinar comidas elaboradas para los demás, pero negarse a comerla ellos mismos
  • Retirada de las actividades sociales normales
  • Persistente preocupación o queja por estar gordo/a
  • Imagen distorsionada del cuerpo, como quejarse de estar gordo/a a pesar de estar bajo/a de peso
  • No querer comer en público
  • Comprobación frecuente en el espejo de los defectos percibidos
  • Usar ropa holgada
  • Comer repetidamente grandes cantidades de alimentos dulces o con mucha grasa
  • Uso de suplementos dietéticos o productos a base de hierbas para bajar de peso
  • Aislamiento social, dejan de comunicarse y salir con los demás por miedo a las situaciones sociales que impliquen estar rodeados de comida.

Síntomas de la anorexia nerviosa:

  • Negarse a comer y negar el hambre.
  • Miedo intenso a ganar peso.
  • Imagen negativa o distorsionada de sí mismo.
  • Hacer ejercicio de forma excesiva.
  • Estado de ánimo alicaído o falta de emoción.
  • Preocupación por los alimentos.
  • Aislamiento social.
  • Apariencia delgada.
  • Mareos o desmayos.
  • Presencia de vello suave en el cuerpo (lanugo).
  • Irregularidades menstruales o pérdida de la menstruación (amenorrea).
  • Estreñimiento.
  • Dolor abdominal.
  • Piel seca.
  • Sentimiento frecuente de frío.
  • Ritmos cardíacos irregulares.
  • Presión arterial baja.
  • Deshidratación.

Síntomas de la bulimia nerviosa:

  • Comer hasta el punto de tener molestias o dolor, generalmente alimentos ricos en grasas o dulces.
  • Vómito auto-inducido.
  • Uso de laxantes.
  • Ejercicio excesivo.
  • Obsesión con la forma del cuerpo y el peso.
  • Tener una imagen distorsionada del cuerpo excesivamente negativa.
  • Ir al baño después de comer o durante las comidas.
  • Sentir que no puede controlar su conducta alimenticia.
  • Funcionamiento anómalo de los intestinos.
  • Dientes y encías dañados.
  • Hinchazón de las glándulas salivares en las mejillas.
  • Llagas en la garganta y la boca.
  • Deshidratación.
  • Latidos del corazón irregulares.
  • Úlceras, cicatrices o callos en los nudillos o las manos.
  • Irregularidades menstruales o pérdida de la menstruación (amenorrea).
  • Dieta o ayuno constante.
  • Posible abuso de drogas o alcohol.

En la mayoría de los casos, son los padres los que antes detectan los síntomas, aunque también pueden hacerlo los profesores y tutores, por observación propia o por los comentarios de las amigas/os que se dan cuenta de la situación. En muchas ocasiones, son los propios amigos o la pareja los que convencen y acompañan al joven a la consulta médica.

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